lunes, 27 de marzo de 2017

¿La música más antigua del mundo?

Una gran parte de la población cree que el Epitafio de Seiquilos es la música más antigua que conservamos por escrito. Sin embargo, hay mucho debate respecto a este tema. Y con todo esto me refiero al Himno de Ugarit o también conocido como Himno a Nikal. Y bien, ¿ qué himno es este que le hace la competencia al Epitafio de Seiquilos?
Pues bien, el Himno de Ugarit se trata de uno de los 36 Cantos Hurritas que conocemos, pero este es el que mejor conservado ha llegado a nuestros días y el único que se ha podido interpretar de una forma completa.
Está dedicada a la esposa del dios de la Luna, Nikal,  una luna que aparece como masculina.

Está escrito sobre unas tablas de arcilla en la famosa escritura cuneiforme (mucho más sencilla y al mismo tiempo evolucionada que escrituras simbólicas como la jeroglífica de los egipcios). Se encontró en una ciudad de lo que hoy sería la actual Siria, lo que hoy sería Ras Shamra. Las excavaciones aquí realizadas, revelaron estas tablillas en el Palacio Real de la antigua ciudad de Ugarit a principios de los años 5o. Estas están hoy conservadas en el Museo Nacional de Damasco.

Adjunto un vídeo de cómo sonaría este Himno por lo que se ha conseguido descifrar.






domingo, 5 de marzo de 2017

Últimos años de vida de Schumann

En 1844, tras un viaje a Rusia, atravesó un nuevo periodo depresivo y abandonó Leipzig para instalarse en Dresde, donde tampoco se adaptaba y por ello acudió a Viena y a Berlín. En 1846, aunque le dio otro arrebato camerístico, compondrá la ópera de Genoveva (no gozará de éxito), inspirada en Tiecky Hebble. A este segundo, tendrá ocasión de conocerlo en Dresde, donde intercambiarán opiniones del personaje de Genoveva. Durante los años siguientes su salud mental y física se fue debilitando, lo cual no le impidió trabajar en multitud de obras, como sus dos Sonatas para piano y violín y su Concierto para violonchelo y orquesta. Incluso cuando, a partir de 1852, sus episodios de locura le mantienen convaleciente casi todo el tiempo, consigue aprovechar sus momentos de lucidez para completar su Misa, Requiem, Sinfonía en Re menor y Concierto para violín y orquesta. También destaca la presentación en 1846 de su Concierto para piano y orquesta en la menor, ejecutado brillantemente por su esposa Clara, en 1846 en Leipzig, lo cual conllevó a su autor una fama aún mayor y más consolidada para la Historia.
En 1849 sufre otra gran crisis depresiva, pero aún así volvió al trabajo. Su felicidad no duró mucho con la muerte de su hermano Carl, sumado a las agitaciones de Dresde, dirigidas por Wagner. Ese año, a pesar de todo, pudo obtener algo de triunfo al ser pedido que se representara su obra de Fausto y que se estrenara Genoveva, ante la presencia de Liszt Joachim Reinecke y Gade.
Para esta época se suceden las alucinaciones de ángeles, aunque muchas veces las mismas eran reemplazadas por visiones de demonios. Entre sus visiones, afirmaba recibir mensajes de Mendelssohn y otros genios del pasado. Él mismo le llega a declarar a Clara que teme que pudieran hacerle daño. Es también en esta época que desarrolla acrofobia y cualquier contacto con objetos de metal, incluyendo un simple juego de llaves. El diario de Schumann menciona que sufrió de una alucinación constante de imaginar que la nota de La 5 estaba constantemente sonando en sus oídos. Tiempo después le comenta a su hermano su deseo de suicidarse, ya que estaba angustiado por la epidemia de cólera que asolaba Europa por esas fechas; el 27 de febrero de 1854, Schumann se arroja al Rin y es rescatado a tiempo, pero su mente ya se ha perdido para siempre. Tras el episodio del intento de suicidio él mismo aconseja su internamiento en un hospital de cuidados mentales. Clara estaba por entonces embarazada, y se la ocultaron los hechos.
Finalmente es internado en un sanatorio privado en Endenich, cerca de Bonn, donde permanece hasta su muerte el 29 de julio de 1856. Había perdido a memoria. El último de sus hijos nació por entonces, y en honor a Mendelssohn, se llamó Felix.  Durante su internación no se le permitió ver a Clara bajo ninguna circunstancia; tan solo dos días antes de su fallecimiento Clara pudo verle, y por un breve momento Robert tuvo lucidez y logró reconocerla. Tenía sólo 46 años.*
 Muere víctima de un colapso neurocirculatorio (aunque según otras fuentes falleció debido a la sífilis). Fue enterrado en el cementerio viejo de Bonn, y en 1880 se erigió sobre su tumba una estatua de A. Donndorf.

Tras su muerte, Clara se entregó a dar a conocer por toda Europa la obra de Robert, dándole gran fama tras varias décadas de giras. Liszt y Brahms, amigos suyos, también representarán sus obras. Clara, fallece en 1896, se halla enterrada en la misma tumba que Robert.


*Clara, apenada y angustiada por el estado de su marido, relató los hechos de los últimos días: “Johannes lo vio, pero me rogó, con los médicos, que yo no lo viese; como un deber para ms hijos, creyeron que no tenía que conmoverme mucho. En una palabra, emprendí el viaje de regreso sin haberlo visto. Pero no soporté esto mucho tiempo: por el dolor la nostalgia de Robert, el deseo de recibir, aunque sólo fuese una mirada, el hacerle sentir mi proximidad, por todo eso tenía que volver a él, y así viajé nuevamente el domingo 27 junto con Johannes. Lo vi; era al atardecer, entre las seis y las siete. Me sonrió y me rodeó con un brazo, luego de un gran esfuerzo, pues ya no podía dominar sus miembros. Jamás lo olvidaré. No cambiaría ese abrazo por todos los tesoros del mundo. Mi Robert, ¡así hube de volverte a ver! ¡Con qué dificultad me fue preciso reconocer tus queridos rasgos! ¡Qué imagen dolorosa! Hace dos años y medio me fuiste arrebatado, sin despedida. Con tanta pesadumbre en el corazón yacía yo a sus pies, y apenas si me atrevía a respirar. Sólo de cuando en cuando me regalaba Robert una mirada nublada, pero indescriptiblemente suave. A su alrededor todo me parecía sagrado, incluso el aire que el generoso varón respiraba. Al parecer hablaba mucho, y siempre con los espíritus, y no toleraba que alguien permaneciese largo tiempo en su compañía; entonces se mostraba intranquilo y era casi imposible entender lo que hablaba. Una única vez comprendí “mi”, y seguramente quería decir “mi Clara”, puesto que al pronunciar aquella palabra me miraba con ternura. Luego dijo una vez “conozco” quería significar “a ti”, probablemente (…) Desde hacía semanas sólo se alimentaba de vino y jalea. Hoy se los di yo misma y los tomó con expresión feliz y verdadera ansia, el vino lo sorbía de mis dedos. ¡Ah, bien sabía él que era yo quien se lo daba! (…) La cabeza yacía hermosa, con la frente despejada, límpida, suavemente combada. Me encontré junto al cadáver del hombre por mí apasionadamente amado y me sentí en paz. (…) Su espíritu se cernía sobre mí; mi oración nunca fue tan fervorosa como en esa hora. Dios me conceda la fuerza de vivir sin él.”


Florestán y Eusebius

Es verdad que he dicho que hablaría de los últimos años de vida de Schumann, pero considero que no hablar de estos dos personajes antes sería un pecado (ya los mencioné en la primera entrada). Serán heterónimos del autor en sus obras, pero también personajes distintos que introducirá en sus obras. Cada uno tiene un carácter totalmente opuesto. Como dije en la primera entrada, todo lo relacionado con la vida de Schumann lo orientaré hacia su obra el Carnaval op.9. Por ello, al final, introduciré dos vídeos de dos números del Carnaval, uno es Eusebius, y otro Florestán.

Estos dos personajes, contrapuestos y complementarios, heterónimos, a través de los cuales Schumann pudo expresarse en su totalidad, así en las letras como en la música. Dentro del desfile de protagonistas que pueblan su "Carnaval", Op. 9, primero Eusebius y después Florestán aparecen juntos, uno detrás del otro, con todas sus cargas anímicas y personales. Eusebius es lírico, pensativo, receptivo y amante de las meditaciones y las contemplaciones, enamorado, soñador e infantil. Florestán es todo potencia, pasional, jugado por sus ideas y emociones, fogoso y épico. Así son, en los sonidos como en las palabras por ellos firmadas.
Una eventual preferencia de Schumann por el más melancólico de los dos se puede intuir en el hecho de que Eusebius también aparece en las "Danzas de las ligas de David" (un número del Carnaval) como una miniatura de gran expresividad que, a propósito, también le sirvió a Gandini como materia prima para su propio "Eusebius", cuatro nocturnos para piano o un nocturno para cuatro pianos, según el subtítulo de la pieza, tal vez una de las obras más poéticas de la música argentina para piano.
Hay un tercer personaje, aunque lo cierto es que es secundario puesto que esta discutida se existencia en el carácter de su música. Raro sería sereno, intelectual, el conocedor de los arcanos musicales.

En la cabeza de Schumann los tres conformaban "La Liga de David", secreta sociedad artística, amantísima de Beethoven y difusora del talento de sus contemporáneos: Mendelssohn, Chopin, Liszt, Brahms. Algunas veces escribía Florestán. Otras, Eusebius. También componía Raro. Cada uno tenía su espacio. Lo que empezó como un juego, terminó en serio. Schumann fue dirigiéndose a un abismo o una altura que él sólo comprendía. La demencia fue el final, pero en el recorrido nos dejó algunos de los momentos más sublimes de la historia de música romántica.







Estoy segura de que seréis capaces de distinguir las personalidades muy diferentes de estos personajes. Y ahora si que sí, la próxima entrada será la de los últimos años de vida de Schumann. ¡Espero que os guste!






Las parejas de Schumann


Buenos días! Lo prometido es deuda. Hoy hablaremos de las dos parejas más conocidas de Schumann, siendo una de ellas su futura mujer. Introduciré los fragmentos de las cartas que os dije.

Aprovecho para contaros más sobre su biografía entre medias de sus amores...


Amoríos
Tras la muerte de Rosalie (os recuerdo que era su cuñada), llenó su vacío femenino en primera instancia con Henriette Voigt, también pianista y sensible.
Es en el verano de 1834 cuando se enamora de Ernestine von Fricken, una chica de 16 años con quien mantendría una breve relación que él mismo rompería al acabar el año. Es durante este flirteo cuando compone la obra que analizaremos, Op. 9, Carnaval. Esta relación finalizará cuando Schumann descubre que ella no puede aportar ninguna dote, o eso dicen.
Se trata de variaciones sobre las notas que componen la palabra Asch (pueblo natal de Ernestine) en la notación musical alemana. Pero esta simbología tiene un significado más profundo que se explicará más adelante.



Robert y Clara Wieck de Schumann
Como ya dijimos antes, es en casa de Wieck, su antiguo maestro, donde conoce a su futura esposa. Se trata de Clara Wieck, su hija, y ya para entonces afamada pianista que había sido "niña prodigio", bastante famosa internacionalmente en aquella época, y de hecho se la considera la pianista más importante del siglo XIX.
En 1835 inician una relación am.* El 1 de enero de 1836, Schumann libera a Ernestine von Fricken de todo compromiso.
orosa en secreto, fundamentalmente por carta, quizá debido a la diferencia de edad entre ambos (Clara sólo tenía 16 años y Robert 25) y también porque Clara se encontraba de viaje constantemente, actuando por toda Europa. Es durante esta relación clandestina cuando escribe Escenas de niños, tal y como le relata por carta a la propia Clara
Alrededor de 1837, Robert Alexander recibirá otro duro golpe: la muerte de su madre. Esto le hará más pasional con Clara. Fruto de este dolor, nacerá su obra Fantasía en do mayor, op.17. “Es sin duda lo más apasionado que he hecho jamás”- dijo él.
Un año más tarde Robert pide la mano de Clara a su padre, pero éste, maestro vigilante del talento musical de su hija, se niega.** Clara Schumann era una pianista excepcional y tuvo una gran influencia musical sobre Robert. Compositora ella misma, le instó a no limitarse a la creación para, recomendándole que se dedicara a la composición para orquesta y se consolidará, así como un gran compositor de su tiempo. Es precisamente a partir de 1841 cuando compone oberturas sinfónicas y conciertos, en los que, sin embargo, el piano sigue teniendo un papel principal.
Ese 1837, desesperado por la aprobación de Friedrich, decide emprender un viaje a Viena, para pedir ayuda en unos proyectos fallidos la mayoría, al hijo de Mozart. Desde allí aconsejaba a Clara romper con su padre e irse a vivir a casa de su hermana Therese Schumann. En Viena, intenta proseguir con la edición de su revista y se encuentra con Liszt entusiasmado por su Carnaval y las Phantasiestücke. Allí, visitó las tumbas de Schubert y Beethoven con gran emoción, y visitó al hermano de Schubert, Ferdinand, en cuya casa descubrió la inédita Sinfonía en do mayor de Schubert, cuya publicación él tramitaría y donde compondría Humoreske y Carnaval en Viena. En 1939, fallecerá su hermano Eduard, seguido por Ernestine y Henriette.
Ante otra petición negada del viejo Friedrich en 1939 el día de Pascua ***, finalmente se casan el 12 de septiembre de 1840, para lo que deben recurrir a los tribunales al no tener la aprobación de Friedrich Wieck. En el trance judicial, visitaron a la madre de Clara, divorciada de Wieck. Allí, en Berlín, pasaron la Nochebuena los amantes. En este juicio, Mendelssohn se ofreció a declarar a favor de Schumann, aunque el recurrió a los apoyos burocráticos, que le ayudarán a conseguir el “doctor honoris causa” para los tribunales, de la Universidad de Jena.
Clara escribió en su diario que el día de su matrimonio fue el más importante y hermoso de su vida. Ambos estaban ebrios de amor. El año 1840 fue una fecha clave para Schumann, pues escribió nada menos que 138 libros. Fue el año de los lieder. Entre su producción encontramos el ciclo de Amor de poeta, inspirado en los poemas de Heine, construyendo una maravillosa conjunción de música y poesía. En un amor ya liberado de tensiones, decide buscar un ámbito más expresivo, la orquesta. Fueron invitados a la Sociedad de Conciertos de Hamburgo donde Clara ofreció un recital, a Weimar (Schumann esta vez no había sido invitado) donde encontraron a Liszt, Bremen y Oldenburg finamente a Dinamarca, que les costará una discusión y una difícil reconciliación, y solo irá Clara. Previamente, Marie, su primera hija, nació y fue apadrinada por Mendelssohn.
El año 1842 es considerado su año de música de cámara (ver en apartado de producción).
El Conservatorio de Leipzig le abrió las puertas en 1843 y fue nombrado profesor de piano y composición. Ese mismo año, nació la segunda, la pequeña Elise.
Permanecieron juntos hasta la muerte de Robert y tuvieron ocho hijos.


*En su cuaderno de noviazgos, Schumann anotó en 1835: “Penosas despedidas: en noviembre de 1835, después del primer beso en la escalera de la casa de Wieck, cuando Clara se fue a Zwickau”.

**Cuando se disponía a pedir matrimonio a Clara, la escribió requiriendo un compromiso formal, en el que decía “Se mantiene usted fiel y firme? Por inconmovible que sea mi fe en usted, aun la confianza de más fuerte de los hombres puede titubear si no tiene noticias de lo que más ama en este mundo. Y eso es usted para mí… Contésteme un simpe sí, si quiere entregar a su padre, precisamente en el día que usted cumple los años (el 13 de septiembre), una carta mía. Su padre se halla ahora bien dispuesto y n e rechazará si usted misma intercede…No olvide ese “sí” …”.
Ella respondió entonces: “¿Me pide tan sólo un pequeño “sí”? Una palabrita, ¡pero tan importante! Un corazón henchido como el mío de un amor indescriptible ¿no debería pronunciar esa palabrita con toda su fuerza? Sí, lo hago, y mi ser interior se lo susurra eternamente…Una vez más le digo “¡Sí!” Dios no querrá trocar un día de dolor la fecha en que cumplo dieciocho años.”
En la tentativa resultó ser un fracaso, y por ello Schumann escribió de nuevo: “La conversación con su padre fue terrible. Esa frialdad, esa mala voluntad, esa confusión, esas contradicciones; tiene una imprevista manera de herir en el corazón y clava el cuchillo hasta la empuñadura… ¿Y qué hacer ahora mi querida Clara? No sé por dónde empezar. En absoluto. Mi inteligenciase anonada y los sentimientos poco valen ante su padre. (…) Se ríe de todo. Incluso de las lágrimas que usted vierte…Consuéleme, ruegue a Dios que no me deje hundir en la desesperación. Me siento atacado en las raíces mismas de mi vida”
Schumann estaba abatido, pues después de esto, Clara partía una gira de siete meses y decía: “Pero créeme: Estoy realmente muy enfermo, realmente muy enfermo; un golpe, y me caigo ¿Qué es lo que de pronto me quita el impulso para el trabajo? Si fantaseo en el piano, lo que toco se transfigura en corales; si escribo, lo hago sin idea alguna. Con acordes y grandes letras sólo desearía pintar una palabra: Clara.”
***Schumann escribe de nuevo a Wieck, en un segundo intento de aprobación matrimonia que será un no:” Una vez más, plenamente identificado con Clara, me acerco a usted para pedirle que autorice nuestra unión en la Pascua venderá. Dos años han transcurrid desde mi primera petición. Usted dudaba de que ella y yo pudiésemos mantenernos fieles; así nos hemos mantenido, y nada puede hacer flaquear nuestra fe en la dicha futura (…)”

Esto es todo por hoy...La próxima entrada hablará de los últimos años de vida de Schumann. Introduciré también una carta, esta vez escrita por Clara sobre el penoso estado en el que se encontrará su marido...Para mí, es una carta muy dura y emotiva; la mejor carta de todas.